Escribir te da la posibilidad de soñar nuevos mundos, otras realidades. La vida va tramando las historias, como quien hace una trenza. Hoy escribo que en el mundo que habito no hay hambre, ni injusticias, ni corruptos, ni atentados. Hoy escribo que no existe la palabra refugiados, ni la explotación, ni las ONG’s, porque no son necesarias. Tampoco existe la violencia, ni las cárceles, ni orfanatos, ni esclavos. No sabemos lo que es un secuestro, como tampoco sabemos lo que es abandonar a nada ni a nadie. Se respira amor, paz, justicia, igualdad… ¿No es genial? Decidme quién no se vendría a ese mundo conmigo, porque sería de tontos quedarse en este.

Vamos a tomar estas cosas y a hacerlas realidad, porque todos estos cambios pueden ser posibles si cada uno de nosotros queremos que lo sean. Escribid conmigo vuestra historia de vida, esa que es un cuento que se traba minuto a minuto, segundo a segundo. Que buena escritora es la vida… Escribir para soñar con algo diferente, imaginar un mundo nuevo y tener fe en que será posible. Me gusta escribir. cuando escribo es mi momento, escribo lo que quiero, cuando quiero y donde quiero, y escribir me ayuda a vivir la vida a mi manera, disfrutarla, odiarla, quejarme de ella… pero siempre como a mí me de la gana.

Y me libero entre las palabras soñando que al final del camino será posible un nuevo mundo. “Lo importante no es lo que nos pasa, sino lo que hacemos con lo que nos pasa”. Porque ahí está el secreto ¿no? Coger lo que nos pasó y hacer algo nuevo con eso, agarrar el mundo que nos tocó en suerte y escribir otro, escribir para crear un nuevo mundo.